«Tuvimos que dar la razón a Freud cuando afirmaba ver en nuestra cultura y civilización tan solo una capa muy fina que en cualquier momento podía ser perforada por las feroces estructuras del infierno. Aquel mundo de seguridad fue un castillo de naipes. Sin embargo, mis padres vivieron en él como una casa de piedra»
El mundo de ayer, Stefan Zweig
A la largo de su historia, la sociedad ha tendido a construir castillos de naipes en base a creencias infundadas o no. El problema radica cuando el sujeto comienza a creer que su idea/creencia se sustenta bajo una base sólida, cual casa de piedra, pero más lejos de la realidad continua siendo un castillo de naipes.
La capacidad del ser humano de transformar un castillo de naipes, en un castillo de piedra, es asombrosa, aunque siendo sincero, lo que realmente me sorprende, es la capacidad que tienen algunos de hacer creer a la gente que su idea/creencia realmente está sustentada bajo una base tan sólida, que ni el mismísimo ejército de Sauron derribaría.
La historia ya nos ha mostrado; como castillos supuestamente sólidos, terminan sucumbiendo a la realidad. Por muy sólida que sea la base de un castillo de naipes, la tormenta lo terminará derrumbando.
En los años 20, la gente pensaba que era una gran idea pedir dinero prestado para comprar acciones, aquí la estructura del castillo fue construida, bajo la creencia de que la bolsa solo podía subir. En la primera década del año 2000, la gente pensaba que era una gran idea endeudarse para especular con el precio de la vivienda, en este caso, la estructura fue sustentada, bajo la creencia de que el mercado inmobiliario solo podía subir. En todas y cada una de estas situaciones, la tormenta terminó derribando, estos formidables castillos.
El problema radica, no solo en la estructura del castillo, sino en el número de cartas que conforman el castillo. Cuantas más cartas conforman este castillo, mayores son las consecuencias que termina teniendo su derrumbe.
En la última década, hemos asistido a la expansión crediticia más grande de la historia. Los bancos centrales, no han dudado en imprimir dinero con el fin de financiar los deseos de aquellos que nos gobiernan.
La gráfica muestra el indicador M1 de la zona euro (fuente: trading economics). Este indicador sirve para controlar la masa monetaria, esto es, la cantidad de dinero en circulación en una economía o zona económica. Podemos ver como desde el año 2010, este indicador se ha disparado. Esta entrada de dinero, junto con unos tipos de interés cero, ha provocado que los estados se endeuden de forma masiva.
Es decir, los estados están construyendo un enorme castillo de naipes, haciendo creer al ciudadano que es extraordinariamente sólido. El problema radica, es que este castillo está formado por un gran número de cartas, donde la gran mayoría de esas cartas, son el ciudadano de a pie. Algo que también nos ha enseñado la historia, es que cuanto mayor es la fortaleza de un castillo, más devastadora será la tormenta que lo demolerá.
Todos y cada uno de los imperios que han existido terminaron claudicando. Y es que, una vez el ciudadano comienza a dudar de la validez de una doctrina establecida, se observa enseguida que su base es frágil.
Bien haría el ciudadano, en dejar de ser ajeno a la realidad. Estamos en un momento, donde nunca un castillo tan frágil y grande, estuvo tan expuesto a una gran tormenta.
Bibliografía
La filosofía bitcoin, Álvaro D.María.
El patrón bitcoin, Saifedean Ammous.
Bitcoin lo cambia todo, Gael Sánchez Smith.
Podcast de Lunaticoin.